lunes, 21 de octubre de 2013

Algo sobre el chico que vivió, más que una pasión


Obviamente, no puedo escribir un blog que hable sobre mí sin hablar de una parte importante de mí; mi parte fanática de Harry Potter. Pasan años y sigo coleccionando sus artículos, viendo una y otra vez sus películas y leyendo sus libros, y es que crecer con ese mago fue una gran aventura.

He decidido escribir esta entrada porque estaba buscando una película nueva que ver y, como muchas otras veces, he acabado viendo Harry Potter y las reliquias de la muerte, definitivamente, una gran película.


Con Harry Potter y sus historias aprendí grandes lecciones sobre la vida, puede parecer muy friki, pero como yo fui de esas personas que crecí viendo crecer y evolucionar a sus personajes, nada ni nadie podría hacerme cambiar de opinión. Eso no quiere decir que no escuche y respete las opiniones del resto del mundo sobre Harry Potter, pero al niño que vivió y a mí nos une ya una larga historia.


Alguna vez leí por ahí algo que me hizo mucha gracia, decía algo como que cuando tuviera un hijo lo haría leer Harry Potter, le haría creer en la magia, le mandaría una carta de Hogwarts cuando cumpliera los 11 años y lo llevaría a la estación de King's Cross para que fuera directamente hacia el andén 9 y tres cuartos por la columna que hay entre el andén 9 y el 10, sólo para ver el golpe.

La idea es graciosa pero, lo que me llama la atención de ella es, principalmente, hacer creer al pequeño en la magia, cuando somos pequeños todas esas cosas nos fascinan y, si fomentamos la imaginación de los niños podemos conseguir que de mayores sean unos locos que inventan cosas o historias, como yo, que siempre ando inventando y, no sé, es bonito.

Hasta aquí mi Pottermanía y, como no, me despido con un ''travesura realizada''.



No hay comentarios:

Publicar un comentario