En esa batalla que muestra el título me encontraba yo anoche, de madrugada, cuando al fin cogí el sueño, cuando ya estaba metida en la cama, con los ojos cerrados y en otro mundo, las musas, esas señoras tan traidoras que aparecen siempre en los momentos menos oportunos me atacaron y, como siempre, ganaron la batalla. Me levanté, cogí un trozo de papel y un bolígrafo y, entre bostezos, escribí lo siguiente:
"En la inmensidad de la noche, allí donde miles de personas lanzan sus deseos a la luna como barcos sin timón, esperando que algún día lleguen a su destino enteros y con buenas noticias, cargados de estrellas fugaces que pasen por las vidas de la gente llenándolas de sonrisas y de instantes de felicidad.
Tal vez el insomnio sólo sea un juego y nosotros niños que tenemos que salir a jugar, en esa noche eterna en la que los sonidos son diferentes y el mundo cambia, y es que, cuando todas las personas descansan, nace un universo paralelo para todos aquellos que preferimos soñar despiertos.
Y esa, amigas y amigos, es la historia de mi insomnio, ese fiel compañero que lleva años ya caminando de mi mano y acompañándome en mis largas noches de reflexiones, pensamientos e inspiraciones; todo aquello que puede ser plasmado en un papel y a veces simplemente muere en un suspiro..."
