domingo, 2 de febrero de 2014

Reflexiones, caídas y luchas a la una de la madrugada

Supongo que llega un momento en la vida de todas las personas en la que te toca ser fuerte, pero no por ti, si no por alguien que está a tu alrededor, ha perdido sus energías y necesita de tu fortaleza para seguir adelante.

¿Y si el golpe que ha recibido esa otra persona te afecta también a ti? ¿Y si en ese momento te encuentras en el límite más alto de debilidad? Pues es simple, no te queda de otra que respirar y buscar esas fuerzas de donde sea.

Una buena amiga me dijo el otro día una frase que yo había olvidado, y es que "la ventaja de hundirte es que, si tocas fondo, puedes coger impulso para subir a lo más alto". Una frase llena de sabiduría que, unida a otras palabras me ayudó a no hundirme en un momento en el que me encontraba paseando tranquilamente por el fondo más hondo. Simplemente, gracias.

Hay veces en las que tu corazón te hace señales de humo y te dice "¡Eh, tú! Para, necesitas un respiro", el corazón es sabio, pero por lo general en esas ocasiones no tenemos ni tiempo de tomarnos ese respiro.

Bueno, pues creo que en eso se resume mi reflexión de esta noche. Una vez más, les doy las gracias a las personas que siempre están apoyando a las demás para que no se hundan y, por otro lado, a las que siguen luchando incansablemente.


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