martes, 3 de diciembre de 2013

Caminar bajo la lluvia...

Y ahí sigue la lluvia cayendo, retumbando en los cristales, como una especie de música relajante que no todo el mundo entiende...

Desde muy chiquitita me ha encantado caminar bajo la lluvia, supongo que es porque me refresca las ideas. Es algo, no sé... ¿mágico, tal vez? No sabría describirlo del todo con palabras, porque uno no sabe lo que es realmente caminar bajo la lluvia hasta que pasa horas caminando bajo ella.

Caminar bajo la lluvia te conduce a un mundo a parte, hace que tus sentimientos lleguen a flor de piel mientras llevas mojado hasta el DNI.

Creo también que el agua de lluvia purifica el alma, podría decirse que si caminas bajo la lluvia, cuando llegas a un lugar seco, es como si nacieras de nuevo, porque una parte de ti lo ve todo diferente, y porque un paseo bajo la lluvia lo puede cambiar todo.

Lamentablemente, no me encuentro en condiciones de realizar uno de esos gratificantes paseos bajo la lluvia, ya que a mi infección de garganta no le haría nada de gracia y, tras llevar dos semanas arrastrándola, creo que no debería darle motivos para que se quede más tiempo.

Y, en fin, una pausa en la lluvia ha hecho que el río por el que corría mi inspiración pare en seco también, así que me despido, hasta la próxima.

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